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Cada vez surgen más plataformas y clínicas para rehabilitarse de la que ya muchos consideran, tal cual, “adicción” a la pornografía. ¿Quiénes la padecen? Aquellos que no piensan sino en ver videos para adultos en toda ocasión, hasta el punto de afectar su vida social y laboral. En España, alrededor de 7% de la población es adicta al porno, y la cifra va en aumento, aunque el término “adicción” sigue causando polémica.

De un lado están los que dicen que el porno causa daños en el cerebro similares a las drogas, y en el otro los que consideran que la pornografía no altera la estructura cerebral ni tiene efectos negativos en la libido, salvo por la masturbación compulsiva. Un tercer grupo habla de adicción psicológica.

Los grupos ultra conservadores de Estados Unidos consideran el porno una droga destructiva, y han adoptado algunos dispositivos para protegerse. Un ejemplo es la empresa Covenant Eyes, fabricante de filtros de protección para bloquear contenidos pornográficos en ordenadores, tablets y móviles. Esta compañía factura millones de dólares al año, y ha lanzado una app para móviles –muy adhoc con la moda de los retos– llamada “Supera el porno: el desafío de 40 días”.

No todos los esfuerzos son religiosos. Un antiguo empleado de Google, de 26 años, fundó NoFap.com, un portal de ayuda a los adictos al porno (fap, en inglés, una onomatopeya empleada para designar la masturbación). La web recibe más de un millón de vistas al mes, donde los hombres conversan, intercambian consejos sobre filtros para bloquear contenidos, sueñan en voz alta con poder disfrutar del sexo con otra persona sin pensar en porno o, simplemente, llevan la cuenta de los días que han logrado mantenerse lejos de conductas mecánicas, lo que ellos llaman PMO, siglas que corresponden a la reiteración compulsiva del ciclo Porn-Masturbation-Orgasm.

Fuente: elpais.com