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No todo es verse a los ojos. Aquí tres ideas para hacerlo de lado.

La cuchara. Tumbados de lado en posición semifetal, uno detrás del otro como si fueran dos cucharas superpuestas. Esta postura no permite penetración muy profunda, pero sí que él acaricie fácilmente los pechos y clítoris de ella. Es perfecta para hacer el amor en una cama individual y para los somnolientos encuentros matutinos.

Puede añadírsele emoción a esta postura si ella presiona con las pompas provocativamente la pelvis masculina o levanta la pierna encima de la suya para variar el ángulo de entrada y, doblando la cintura para darle un acceso más directo y profundo, acaricia la porción de pene que no puede penetrar y los testículos, ¡sin olvidar las contracciones vaginales!

Las tijeras. Ella se tumba boca arriba, él junto a ella de costado. Ella levanta la pierna por encima de la suya. Ambos pueden mover las piernas, entrelazándolas de cualquier forma que les proporcione placer. Una de las mejores posiciones es colocar el cuerpo de forma que haga un ángulo recto respecto a él y luego levantar la pierna por encima de su hombro. Eso abre la vagina aún más y proporciona un amplio y delicioso contacto genital para ambos. El ángulo de entrada que crea la posición de tijeras estimula partes del pene y el escroto que habitualmente no reciben tales atenciones.

Una ligera variante de la postura de tijeras consiste en que ella se tumbe boca arriba con las piernas levantadas mientras él se sitúa en ángulo recto bajo ellas. Ella baja las piernas cuando entre o deja que él ponga la pierna entre las suyas.

Con info de: 203 maneras de volverlo loco en la cama, Olivia St. Claire.